NACIONALISMO EMPRESARIAL
Desde hace unos años, las empresas se esfuerzan por crear una identidad propia, dentro y fuera de la organización. Exaltando el orgullo patriótico de haber aumentado las ventas en un 15%, muchas de ellas han visto en el sentimiento receptivo del trabajador una forma de lograr más productividad. Tratan de desligarse de todo lo negativo que se les pueda achacar y para ello cuentan con un equipo entero de comunicación interna y externa. La imagen se ha vuelto algo fundamental para subir las ventas. Si queremos comparar esta nueva situación con algo que ha existido desde hace siglos, el nacionalismo es un ejemplo claro. Las empresas confían en crear una cultura de marca y en resaltar mediante publicidad el gran amor que profesan por su corporación. Y lo han logrado en muchos casos. Cajeros y cajeras, que a final de mes observan un sueldo de miseria en su cuenta corriente, no dudan en convencer a todo el que pillen de los grandes avances de su empresa/nación y de los buenos producto