FICCIÓN REVOLUCIONARIA
El sistema actual de sociedad en el que vivimos es muy curioso. Hay
varios elementos que me convencen de la imposibilidad de cambio.
Mientras el capitalismo comercialice cada aspecto de nuestra vida es
muy difícil salir de esa dinámica. Cada pequeño resquicio de
esperanza es utilizado por una empresa capitalista sin pudor para
crear contenido de su marca y que personas engañadas y
revolucionarias lo compren. Véase camisetas, series, películas…
Es difícil salir de esa dinámica en la que productos que denuncian
el dinero son usadas para el lucro personal de unos pocos. La
denuncia del capitalismo hoy en día fortalece al propio sistema,
pues no se logra crear una verdadera lucha fuera de esos parámetros
especificados. No hay mayor derrota que no poder colocar el mensaje
más que por las vías de tu enemigo.
La gran cantidad de
series de ficción sobre luchas revolucionarias son una muestra de
ello. Hay inimaginables casos que nos permiten soñar el cambio
viéndolo desde una pantalla pero que no nos hace movernos del sofá
y que, además, al verlo lucramos a las personas que están arriba a
las que precisamente se denuncia. Es un círculo vicioso del que es
difícil salir. Hay que dejar de consumir y organizarse. El problema
es que tanto producto nos ha alienado y sentado soñando con futuros
que no sucederán.
Hace años era
imposible creer que el capitalismo creara productos de tinte
revolucionario para ganar dinero. Ahora se han dado cuenta de que es
la mejor forma de tenernos apagados. Saben que es algo que gusta a
muchos jóvenes. Antes los chavales protestaban, ahora sueñan con
cosas más radicales que sus padres cuando tenían su edad pero
consumiendo una serie de una multinacional. Es cuanto menos
desalentador.
Si no se reacciona
ya sabemos qué va a pasar. El planeta se está viendo destruido por
unos pocos; todo esto justo en la época en que la juventud
revolucionaria está dormida. Poca esperanza queda cuando ya no hay
ideales, solo disfrute con la representación ante una cámara de una
idea. Se ha logrado desactivar lo que llevaba mucho activado y ya
muchos jóvenes apenas conocen las luchas revolucionarias reales y sí
las inventadas para ganar dinero. Las expectativas son realmente
malas.
Una de las características del capitalismo es capitalizar todo, incluso a sus detractores. He visto a gente hacer miles vendiendo pañuelos verdes, camisas del Che y máscaras de V de Vendetta. Una vez vi todo un traje de revolucionario anarquista de pies a cabeza en una vitrina de Zara, todo el disfraz sumaba mas de 300$ y te aseguro que mucho "revolucionario", o mas bien los padres, deben haber comprado ese "Kit de joven rebelde" a su hijo como regalo de navidad.
ResponderEliminarPues sí, las cosas están muy mal. ¡Gracias por leerme!
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